TOKIO (AP) — El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció el miércoles un plan para aliviar los controles fronterizos a partir de septiembre con la eliminación de la prueba de detección del COVID-19 en origen para los viajeros que tengan al menos tres dosis de la vacuna. Además, se estudiará elevar el límite diario de llegadas a partir del próximo mes.
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En la actualidad, Japón, que impuso algunas de las medidas fronterizas más firmes contra el coronavirus, exige que todos los que entren al país presenten una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de embarcar, una práctica que ha sido criticada por engorrosa.
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Tras una reunión virtual con ministros de su gobierno y asesores médicos a primera hora, Kishida dijo a reporteros en una conferencia de prensa online que quienes lleguen al país con al menos una dosis de refuerzo de la vacuna podrán olvidar la prueba previa a partir del 7 de septiembre.
El mandatario dijo además que su gobierno prevé incrementar el límite de entradas diarias, que actualmente está en 20.000 personas, “tan pronto como sea posible”. Según la prensa local, el ejecutivo estaría considerando elevarlo a 50.000 a partir del próximo mes.
Kishida indicó además que el país planea acortar el periodo de confinamiento para los pacientes con COVID-19 que desarrollen síntomas, de los 10 días actuales a una semana. Las autoridades están ultimando esos detalles, agregó.
En junio, Japón reabrió parcialmente sus fronteras a los turistas extranjeros por primera vez en dos años, pero solo permite la entrada de quienes participen en viajes turísticos con guía. El número de visitantes se ha reducido debido a las limitaciones.