BERLÍN (AP) — Al cumplirse el segundo aniversario del intento de envenenar al opositor ruso Alexei Navalny, Alemania y Estados Unidos alabaron su “coraje” mientras Navalny sigue encarcelado en Rusia.
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Navalny “apenas sobrevivió el intento de asesinato y se recuperó en Alemania”, recordó el canciller alemán Olaf Scholz en un mensaje por video emitido el sábado, alabando el coraje del opositor por regresar a su país.
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“En ese entonces pude hablar con él y llegué a conocer a un hombre valiente que regresó a Rusia porque deseaba luchar por la democracia, por la libertad, por el estado de derecho”, indicó el canciller. “Deberíamos pensar en eso ahora”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos pidió la libertad inmediata de Navalny y condenó la represión del gobierno ruso contra opositores y la prensa independiente.
Navalny es el crítico más célebre del presidente ruso Vladimir Putin y ha denunciado grandes casos de corrupción en el gobierno ruso.
“No es casualidad que la agresión rusa en Ucrania vino acompañada de una intensa represión a nivel nacional”, indicó el vocero del Departamento de Estado Ned Price.
“El Kremlin no quiere que el pueblo ruso sepa de las atrocidades que está cometiendo contra los civiles ucranianos, no quiere que sepa sobre las muertes innecesarias entre las filas rusas, todo en nombre de una guerra injusta”, añadió.
El mismo Navalny tuiteó el sábado que “esta es la segunda vez en que celebro mi segundo cumpleaños, es decir, el día en que trataron de matarme pero por alguna razón no morí”.
Añadió que el caso “ha destapado a Putin y a su sistema tanto que ha demostrado no solo la criminalidad, sino también la disfunción y el fracaso de su régimen”.
Navalny fue arrestado en Rusia en enero del 2021 al regresar desde Alemania, donde se recuperaba del intento de envenenarlo con una neurotoxina que él atribuye a Rusia Fue sentenciado a dos años y medio de cárcel por violación de libertad vigilada.
En marzo, Navalny fue sentenciado a nueve años de cárcel por acusaciones de fraude y desacato judicial. Navalny y sus partidarios sostienen que es una maniobra política del gobierno para mantenerlo tras las rejas por la mayor cantidad de tiempo posible.
