MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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Cada 60 segundos, el equivalente a un camión cargado de plástico ingresa al océano global. ¿Dónde termina? En este momento, los investigadores simplemente no lo saben.
En una versión de alta tecnología de arrojar mensajes en botellas, se desplegaron prototipos de boyas rastreables de madera en las aguas de Indonesia, cuya miríada de islas da como resultado algunas de las corrientes más complejas e impredecibles de la Tierra.
Hechas de madera para una máxima sostenibilidad, las boyas --de 11 por 7 centímetros-- fueron desarrolladas por la organización francesa CLS, Collecte Localization Satellites. CLS, una subsidiaria de la agencia espacial francesa CNES, es mejor conocida por supervisar el seguimiento satelital de animales marinos, boyas y flotas pesqueras utilizando su sistema de geoposicionamiento Argos.
CLS aprovechó la experiencia previa con basura plástica marina en Indonesia para el despliegue de boyas. Anteriormente se asoció con el Ministerio de Asuntos Marinos y Pesca de Indonesia para ayudar a guiar los esfuerzos de recolección de desechos: el plan nacional de contaminación marina del país se compromete a reducir los desechos plásticos en un 70% para fines de 2025.
Junto con las boyas de seguimiento, el proyecto MARLISAT también implica aprovechar las imágenes de observación de la Tierra para detectar fuentes de plástico y pronosticar el movimiento de la basura plástica marina y las áreas de acumulación utilizando un modelo CLS de deriva oceánica existente llamado MOBIDRIFT.
Mientras tanto, el socio del proyecto Pixalytics en el Reino Unido ha estado desarrollando un algoritmo de aprendizaje automático capaz de detectar la acumulación de plástico a lo largo de las playas y los puntos críticos del océano a partir de imágenes de satélite.
"La fortaleza de este proyecto es la combinación de observaciones satelitales, datos in situ y modelado numérico", comenta en un comunicado Marc Lucas, oceanógrafo senior de CLS. "También es genial haber trabajado en un tipo más sostenible de balizas Argos, con madera utilizada para la carcasa. Como científicos, tenemos el deber de trabajar hacia un enfoque más sostenible de la ciencia".
Las boyas se lanzaron a fines de mayo y se rastrearon en tiempo real a través de un portal dedicado. Equipadas con baterías para una vida útil de aproximadamente 100 días, sus resultados están ayudando a optimizar los parámetros del modelo de deriva.