MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
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La FAO destacó que la bajada observada en julio representó la mayor caída mensual del valor del índice desde octubre de 2008, gracias a los descensos significativos en los subíndices de precios para los aceites vegetales y los cereales, mientras que los del azúcar, los productos lácteos y la carne también disminuyeron, pero en menor medida.
De este modo, el índice de precios de los cereales registró en julio una lectura promedio de 147,3 puntos, tras bajar un 11,5% desde junio, aunque se mantuvo un 16,6% por encima de su valor de julio del año pasado, después de que bajasen los precios de todos los cereales representados.
En concreto, los precios mundiales del trigo bajaron un 14,5% en julio, tras el acuerdo alcanzado entre Ucrania y Rusia para desbloquear los principales puertos ucranianos del Mar Negro, permitiendo la reanudación de las exportaciones de cereales procedentes de Ucrania. No obstante, los precios internacionales del trigo siguieron estando un 24,8% por encima de los valores alcanzados en julio del año pasado.
En el caso de los precios de los aceites vegetales, el índice de la FAO se situó en un promedio de 171,1 puntos en julio, con un descenso del 19,2% respecto de junio y marcando el nivel más bajo desde septiembre de 2021, después de la caída de los precios mundiales de los aceites de palma, soja, colza y girasol.
Asimismo, el índice para los productos lácteos registró un promedio de 146,4 puntos, esto es un 2,5% menor que en junio, pero aun así un 25,4% más que en julio del año pasado, mientras que el índice para los precios de la carne se situó en 124 puntos en julio, un 0,5% menos que en junio, su primer descenso intermensual tras seis meses consecutivos de aumentos.
Por último, el índice de precios del azúcar registró en el mes pasado un promedio de 112,8 puntos, lo que supone un 3,8% menos que en junio y representa el tercer descenso mensual consecutivo y el nivel más bajo en cinco meses.
"La preocupación por las perspectivas de la demanda a raíz de expectativas de una mayor desaceleración de la economía mundial en 2022 deprimió las cotizaciones internacionales del azúcar", señaló la FAO, que también destacó el efecto del debilitamiento del real brasileño frente al dólar estadounidense y la bajada de los precios del etanol, lo que ha dado lugar a que la producción de azúcar en el Brasil fuera mayor de lo previsto.