WASHINGTON (AP) — Un proyecto de ley para impulsar la producción de semiconductores en Estados Unidos ha logrado lo impensable: unir al senador socialista Bernie Sanders y la derecha fiscalmente conservadora. Ambos se oponen a la idea.
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El proyecto de ley que se abre camino en el Senado es una de las prioridades de la administración del presidente Joe Biden. La iniciativa agregaría unos 79.000 millones de dólares al déficit durante 10 años, principalmente como resultado de nuevas subvenciones y exenciones fiscales que subsidiarían el costo en el que incurren los fabricantes de chips de computadora al construir o expandir sus plantas en Estados Unidos.
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Los partidarios dicen que los países de todo el mundo están gastando miles de millones de dólares para atraer a los fabricantes de semiconductores. Estados Unidos debe hacer lo mismo o correr el riesgo de perder un suministro seguro de los microprocesadores que sirven para automóviles, computadoras, electrodomésticos y algunos de los sistemas de armas militares más avanzados de la nación.
Sanders, senador independiente por Vermont, y un amplio abanico de legisladores conservadores, grupos de expertos y medios de comunicación opinan que el proyecto es “proteccionismo para las corporaciones”. Es solo el último ejemplo de cómo un plan de usar el dinero de los contribuyentes para ayudar al sector privado puede suscitar resistencia a ambos lados de las líneas partidistas, creando aliados a la izquierda y a la derecha que están de acuerdo en poco más.
Sanders dijo que no ha escuchado a la gente decir que la industria de los semiconductores necesita ayuda. Los votantes le hablan sobre el cambio climático, la violencia armada, la preservación del derecho de la mujer al aborto y el aumento de los beneficios del Seguro Social, por nombrar solo algunos.