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HRW denuncia la muerte no resuelta de un destacado disidente en Kirguistán

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

"La muerte de Azimjon Askarov sigue siendo una mancha oscura en el historial de Derechos Humanos de Kirguistán, empañado aún más por nuevas muertes bajo custodia en el sistema penitenciario", ha declarado Syinat Sultanalieva, investigadora sobre Asia Central de Human Right Watch.

La ONG ha señalado que las autoridades de Kirguistán tienen pendiente concluir la investigación sobre la muerte de Askarov, así como proporcionar reparación por un encarcelamiento injusto que duró una década.

HRW ha instado a Kirguistán a cumplir "con sus obligaciones internacionales en materia de Derechos Humanos y completar sin demora una investigación eficaz, independiente e imparcial (...), otorgar una indemnización a su familia y garantizar a título póstumo su rehabilitación legal".

"Las autoridades también deben garantizar una investigación igualmente eficaz e imparcial sobre las muertes bajo custodia de Kazakpaev y Asanbaev, con miras a hacer rendir cuentas a los responsables de estas muertes", ha agregado la ONG en un comunicado.

Asimismo, Human Right Watch ha recordado que la tortura es una práctica generalizada en los centros de detención kirguises: "La negligencia y la atención médica de baja calidad para las personas que cumplen penas de prisión a menudo conducen a la muerte durante la detención".

Askarov falleció el 25 de julio de 2020, en lo que las autoridades penitenciarias informaron como una complicación relacionada con la COVID-19. El activista se encontraba en prisión cumpliendo cadena perpetua con cargos de motivación política tras el conflicto interétnico de junio de 2010 en el país.

El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas determinó que había sido detenido arbitrariamente y pidió su liberación inmediata, pero el Gobierno kirguís no aceptó.

Durante el tiempo en prisión, Askarov sufrió torturas y malos tratos. A pesar del deterioro de salud del activista y de las solicitudes de sus abogados, las autoridades penitenciarias se negaron a liberarle por motivos humanitarios.

Este año se han notificado dos muertes en circunstancias similares. El 10 de junio, Marat Kazakpaev, analista político, falleció en prisión, acusado de alta traición. Su esposa ha indiciado que murió por negligencia de los agentes tras ser torturado.

Una semana después, el 18 de junio, Bakyt Asanbaev, funcionario bancario, fue encontrado sin vida en la cárcel, donde estaba recluido por cargos de corrupción. Su familia informó a los medios que la autopsia demostró que Asanbaev tenía heridas compatibles con malos tratos.

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