Misiles rusos de crucero alcanzaron el martes por la mañana poblaciones en torno a la ciudad sureña ucraniana de Odesa, donde golpearon casas, una escuela y un centro comunitario, durante un viaje a Irán del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para abordar una propuesta respaldada por Naciones Unidas para desbloquear las exportaciones de grano ucraniano.
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Las fuerzas rusas lanzaron siete misiles de crucero Kalibr en la región de Odesa. El Ministerio ruso de Defensa dijo que los ataques sobre el poblado de Bilenke tenían un objetivo militar legítimo y “destruyeron depósitos de munición para armas proporcionadas por Estados Unidos y países europeos”.
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Un funcionario local negó las afirmaciones de Moscú y dijo que seis personas habían resultado heridas.
“Estos ataques contra personas pacíficas tienen un objetivo, intimidar a la población y a las autoridades y mantenerlas en tensión constante”, dijo Serhiy Bratchuk, vocero del gobierno regional de Odesa, a la televisora ucraniana.
En las últimas semanas, el ejército ruso atacó Odesa y partes del sur de Ucrania donde sus tropas capturaron ciudades al inicio de la guerra, en un indicio de que Ucrania planeaba contraataques para recuperar zonas ocupadas por Rusia.
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Entre tanto, las fuerzas ucranianas desplegadas en el este de Ucrania luchaban por conservar el menguante territorio bajo su control. Al menos dos civiles murieron y 15 resultaron heridos por proyectiles rusos en diferentes puntos del país en las 24 horas previas, según un reporte matinal de la oficina del presidente de Ucrania.
“Sigue habiendo un alto nivel de amenaza de ataques de misiles por todo el territorio de Ucrania”, dijo Oleksandr Shtupun, vocero del Estado Mayor ucraniano. En la provincia oriental de Donetsk, donde se cortaron los suministros de gas y parte de los suministros de agua y electricidad, una persona murió y dos resultaron heridas.
“La infraestructura de las ciudades está siendo destruida de forma metódica por ataques de misiles, y la población civil, privada de suministros básicos, es la que más sufre”, dijo el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, en declaraciones televisadas.
Kyrylenko dijo que cuatro proyectiles rusos habían caído en la ciudad de Kramatorsk e instó a los civiles a evacuar. Algunos residentes siguieron la recomendación el martes por la mañana y cargaron las pertenencias que podían cargar en un autobús, donde esperaban a ser evacuados.
El ejército británico dijo creer que Rusia sufre problemas “cada vez más graves” para mantener su potencia militar en una guerra de desgaste que comenzó con la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
El Ministerio británico de Defensa dijo el martes por la mañana que Rusia “tuvo problemas para mantener su potencia efectiva de combate ofensivo desde el comienzo de la invasión, y este problema probablemente se está volviendo cada vez más grave” conforme Moscú intenta conquistar toda la región del Donbás en el este de Ucrania.
“Aunque Rusia aún tiene que hacer más avances territoriales, es probable que su ritmo operativo y su tasa de avance sean muy lentas sin una pausa operativa significativa para reorganización y reacondicionamiento”, añadió el ejército británico.
