LONDRES (AP) — Fue el momento más impactante hasta ahora en la contienda del Partido Conservador del Reino Unido por un nuevo líder. A los cinco candidatos restantes se les pidió durante un debate televisado que alzaran la mano si permitirían que Boris Johnson formara parte de su gabinete. Ni una sola mano se levantó.
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Los aspirantes a reemplazar a Johnson se esfuerzan por distanciarse del político manchado por el escándalo que renunció como líder del partido, pero sigue siendo el primer ministro de Gran Bretaña por unas semanas más, pese al hecho de que la mayoría de ellos ha ocupado cargos en su gobierno durante los últimos tres años.
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Johnson, mientras tanto, prácticamente ha desaparecido de la escena política. No ha asistido a ninguna reunión de emergencia del gobierno sobre una ola de calor que se pronostica que causará temperaturas de 40 grados centígrados (104 Fahrenheit) en territorio británico.
El viernes, Johnson visitó una base de la Fuerza Aérea Real y dio un paseo en un avión de combate Typhoon, con imágenes al estilo “Top Gun” publicadas más tarde por su oficina. Pasó el fin de semana en Chequers, la casa de campo que viene con el cargo de primer ministro, organizando una reunión informal de despedida para el personal y los amigos.
El lunes, Johnson asistió al Salón Aeronáutico de Farnborough y regresará al Parlamento en una de sus últimas presentaciones como primer ministro para elogiar sus propios logros antes de un voto de confianza mayormente simbólico convocado por el propio gobierno.
Steven Fielding, profesor de historia política en la Universidad de Nottingham, comparó a Johnson con “un adolescente malhumorado en su habitación, haciendo lo que quiere y gritando a los padres de vez en cuando”.
La atención política y mediática se ha centrado en sus posibles sucesores, que arremeten unos contra otros en su intento por convencer a los miembros del Partido Conservador de su capacidad de recuperar la confianza en la política y derrotar al opositor Partido Laborista en las próximas elecciones, que se llevarán a cabo en 2024.
El favorito Rishi Sunak, que fungió como jefe del Tesoro en el gobierno de Johnson hasta que renunció a principios de este mes, está siendo atacado por sus rivales por gastar miles de millones para mantener a flote a los trabajadores y las empresas durante la pandemia de coronavirus y por aumentar los impuestos para ayudar a pagar por ello.