BANGKOK (AP) — La gobernante derrocada de Myanmar, Aung San Suu Kyi, negó las acusaciones de fraude electoral en su contra al declarar por primera vez sobre el caso el viernes en el tribunal de la prisión de la capital, Naipyidó, indicó un funcionario legal.
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El ejército tomó el poder del gobierno electo de Suu Kyi en febrero del año pasado, alegando fraude electoral masivo en las elecciones generales de 2020, una acusación no corroborada por los observadores electorales independientes.
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El partido de Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia, ganó ampliamente esa elección, y el Partido Unión, Solidaridad y Desarrollo, respaldado por los militares, obtuvo malos resultados.
Una condena por el caso de fraude electoral podría llevar a que el partido de Suu Kyi se disuelva y no pueda participar en una nueva elección que el ejército ha prometido que se realizará en 2023.
Suu Kyi ya ha sido sentenciada a 11 años de prisión después de ser hallada culpable de importar y poseer ilegalmente walkie-talkies, violar las restricciones por coronavirus, sedición y un cargo de corrupción.
Los partidarios de Suu Kyi y los analistas independientes señalan que los cargos tienen motivaciones políticas y un intento de desacreditarla y legitimar la toma del poder por parte de los militares, lo que evita que regrese a la política.
Suu Kyi está siendo juzgada por múltiples cargos en una nueva instalación construida en el recinto de la prisión en la capital, incluyendo el cargo de fraude electoral. El mes pasado, la trasladaron de un lugar de detención secreto a un centro de aislamiento construido en una prisión de Naipyidó.