Los restos del expresidente mexicano Luis Echeverría fueron cremados el domingo después de un funeral discreto. Un reducido número de parientes y amigos asistió a las exequias del exmandatario, a quien se responsabiliza de algunas de las peores masacres políticas del siglo XX en México.
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Juan Velásquez, abogado defensor de Echeverría, dijo que fue velado el sábado en una casa funeraria y sus restos fueron cremados el domingo.
Echeverría murió el viernes por la noche en una de sus casas a la edad de 100 años. El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó el sábado el fallecimiento. En su cuenta de Twitter, López Obrador no precisó la causa de la muerte de Echeverría, que gobernó de 1970 a 1976.
Amigos y aliados dejaron entrever que Echeverría debe ser recordado por su dedicación a la política exterior y la expansión de programas sociales y empresas estatales. El exmandatario se consideraba amigo de gobiernos izquierdistas.
Sin embargo, los presidentes posteriores revirtieron gran parte de la expansión gubernamental emprendida por Echeverría, ya que sus ambiciosos programas de gasto público dejaron a México profundamente endeudado.
Pero Echeverría es más recordado por lo que se conoce como la masacre de Tlatelolco.
El 2 de octubre de 1968, unas semanas antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México, francotiradores del gobierno le dispararon a estudiantes que se manifestaban en la plaza de Tlatelolco, y posteriormente soldados también abrieron fuego. Según diversas versiones, el número de muertos esa noche oscila entre 25 y más de 300 personas.
Echeverría negó haber participado en el ataque, aunque era el secretario de Gobernación (Interior), el principal responsable de la seguridad interna del país.
En junio de 1971, ya cuando Echeverría era presidente, un grupo de estudiantes emprendió una marcha cerca de una escuela normal para maestros, una de las primeras protestas multitudinarias desde la masacre de Tlatelolco.
Los manifestantes apenas habían avanzado unas cuantas cuadras cuando fueron agredidos por un grupo de choque, integrado por agentes del gobierno vestidos de civil que golpearon o asesinaron a tiros a por lo menos a una docena de personas. Se le conoce como la matanza del Jueves de Corpus.
En 2005, un juez determinó que Echeverría no podía ser enjuiciado por cargos de genocidio derivados de la matanza de 1971 porque, aunque podría ser responsable de homicidio, el delito prescribió en 1985.
En marzo de 2009, un tribunal federal ratificó el fallo de un juzgado de menor instancia de que Echeverría no debía enfrentar cargos de genocidio por su presunta implicación en la masacre de estudiantes de 1968, y determinó su libertad. Sin embargo, los detractores del exmandatario subrayan que el caso contra él jamás fue cerrado.
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“Me parece que sea muy prematuro para hacer ese reconocimiento y que desafortunadamente la memoria de don Luis ahorita se contamine con esos dos hechos desafortunados”, manifestó Velásquez.
En las décadas posteriores a que dejara de ser presidente, Echeverría se rehusó a asumir responsabilidad alguna por las masacres.
Félix Hernández Gamundi, uno de los líderes del movimiento estudiantil de 1968 que estuvo el día de la masacre en Tlatelolco, dijo que Echeverría retrasó por mucho tiempo el proceso inevitable de la democracia que comenzó ese año.
El 2 de octubre marca el principio del fin del viejo régimen, señaló, aunque pasaría mucho tiempo para que se concretara.
Fue hasta el 2000 cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía Echeverría y que había gobernado México con puño de hierro durante siete décadas, se vio obligado a reconocer su primera derrota en unas elecciones presidenciales.