MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
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Este ha sido el principal fruto del encuentro que ambos mandatarios han mantenido en Angola y que ha contado con la mediación del presidente de dicho país, Joao Lourença, quien ha adelantado el acuerdo, según informa la agencia angoleña Angop y recoge Radio Okapi.
"Estoy feliz de anunciar que hemos avanzado, ya que hemos acordado un cese al fuego", ha anunciado el jefe de Estado angoleño tras el encuentro, en el que se ha coincidido en impulsar un mecanismo de observación de la tregua encabezado por un oficial de Angola.
Precisamente este miércoles, Tshisekedi había advertido del peligro de una guerra con Ruanda si Kigali mantiene "sus provocaciones", en medio de un repunte de las tensiones por el supuesto apoyo de las autoridades ruandesas al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
Según el jefe de Estado congoleño, el repunte de las operaciones del M23 durante los últimos meses "se debe al Ejército de Ruanda, que se esconde detrás del grupo", y ha acusado a Kigali de querer aprovecharse de las riquezas naturales de República Democrática del Congo.
Por su parte, Kagame dijo el lunes que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en el país africano-- reciben apoyo del Ejército congoleño, una teoría rechazada por Tshisekedi.
Las relaciones entre RDC y Ruanda han atravesado momentos de crisis desde la llegada masiva al este de RDC de hutus ruandeses acusados de haber masacrado a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994. Tras cierta etapa de relajación diplomática, el conflicto volvió a ganar intensidad en mayo, cuando el Gobierno congoleño convocó al embajador ruandés para denunciar el presunto apoyo del país al M23.
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas. Expertos de la ONU acusaron a Uganda y a Ruanda de apoyar a los rebeldes, si bien ambos países lo negaron.