LIMA (AP) — Pescadores peruanos afectados por un importante derrame petrolero en el Pacífico remojaron el miércoles en esas aguas una estatua de San Pedro, su santo patrón, y pidieron más atención de las autoridades a un derrame considerado como el peor desastre ecológico del país sudamericano.
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Los pescadores —que celebran durante la jornada el día de San Pedro y San Pablo— comieron un plato elaborado con pescado marinado en limón que compraron de otras zonas donde no impactó el derrame a mediados de enero de 11.900 barriles de crudo frente a una refinería de Repsol en Lima.
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“Para nosotros es una gran tristeza que nuestro mar esté contaminado, que los pescados que pescábamos ya no vamos a pescar”, dijo Miguel Núñez, el presidente de la asociación de pescadores fundadores, armadores y estibadores artesanales de la playa Bahía Blanca.
Los afectados pidieron al gobierno que los apoye en su lucha para que la energética Repsol los imdemnice por el tiempo que han dejado de pescar y que los ha afectado económicamente. Muchos de ellos han buscado empleos alternos y otros se alejan a veces hasta 200 kilómetros para pescar.
Kiefer Taboada, un buzo de 25 años que trabajaba recogiendo mariscos, tomó entre sus brazos a una estatua de San Pedro que sus colegas llevaron hasta la orilla y la introdujo en el oceáno Pacífico, mientras otros pescadores y activistas ambientales observaban desde la playa.
“Después del derrame de petróleo el tiempo ha sido duro, practicamente no tenemos con qué sustentarnos”, dijo.
Taboada, que vendía los mariscos en restaurantes, ahora busca trozos de plomo en el lecho marino para revenderlos y también brinda clases de buceo.
El pescador Walter de la Cruz, que pescaba frente a la localidad limeña Ciudad Pachacutec, dijo que el derrame petrolero lo ha obligado a desplazarse hasta 200 kilómetros al sur, a una localidad llamada Tambo de Mora, donde se queda a dormir entre los botes abandonados en la playa. Allí pesca por tres o cuatro días seguidos, luego vende su pescado y retorna a Lima.
En otras zonas costeras peruanas donde no impactó el derrame petrolero también se produjeron celebraciones por el día del santo patrón de los pescadores. En la localidad de Pucusana, al sur de Lima, los vecinos pasearon a San Pedro e incluso lo subieron a un bote que navegó el Pacífico.
El derrame en el Pacífico ocurrió el 15 de enero durante una descarga de petróleo del buque italiano, propiedad de la empresa Fratelli d’Amico Armatori S.p.A, hacia una refinería de Repsol ubicada en la costa de la capital de Perú. El vertimiento impactó un área un poco más grande que la ciudad de París. Repsol calculó la afectación en 106 kilómetros cuadrados.
Repsol ha acusado al barco de ocasionar el derrame, mientras Fratelli d’Amico Armatori S.p.A, -propietarios del buque- han pedido que no se proporcione información “incorrecta o engañosa” porque la investigación de la fiscalía continúa.
Perú ha demandado a Repsol por daños y perjuicios ante un tribunal civil local por unos 4.500 millones de dólares. La energética española califica a la demanda como infundada porque las estimaciones “carecen de la más mínima base que soporte las cifras señaladas”.