SAN JUAN (AP) — El fin de la protección constitucional para los abortos en Estados Unidos el viernes inyectó brío a oponentes del aborto en todo el mundo y causó temor entre los defensores del derecho al aborto de que el fallo en Washington pueda amenazar recientes pasos hacia la legalización en sus países.
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La anulación por la Corte Suprema del histórico fallo Roe vs. Wade muestra "que este tipo de derechos están siempre en riesgo de ser avasallados”, dijo Ruth Zurbriggen, una activista argentina integrante de la Red Compañera de Latinoamérica y el Caribe, un grupo que defiende el derecho al aborto.
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Pero en El Salvador, Sara Larín, presidenta de la Fundación Vida SV, expresó sus esperanzas de que el fallo impulse campañas contra la interrupción del embarazo en todo el mundo.
“Confiamos que con este fallo se va poder ir aboliendo el aborto en Estados Unidos y en todo el mundo”, aseveró la activista opositora a la interrupción del embarazo.
En Kenia, Phonsina Archane vio la noticia del fallo el viernes y dice que se paralizó de pánico.
“Esto se está haciendo en Estados Unidos, que debería ser un ejemplo para el movimiento de derechos de las mujeres”, dijo Archane, una activista por el derecho al aborto. “Si eso sucede en Estados Unidos, ¿qué pasará conmigo aquí en África? Es un día muy, muy triste”.
Dice que teme que el fallo envalentone a los oponentes del aborto en África, que han atacado clínicas de salud reproductiva o amenazado con ataques. “No hay un lugar a salvo en el continente”, dijo.
El aborto en África subsahariana es ya más peligroso que en cualquier otra región del mundo, y la mayoría de las mujeres en edad fértil viven en países en los que las leyes restringen de alguna manera el procedimiento, de acuerdo con el Instituto Guttmacher, un grupo de estudios con sede en Nueva York que apoya el derecho al aborto.
Archane dijo que grupos de la sociedad civil en África se unirán ahora para elaborar estrategias sobre cómo protegerse y proteger a las mujeres. Apenas hace unos meses, muchos se esperanzaron cuando la Organización Mundial de Salud (OMS) dio a conocer directrices sobre la atención de abortos, dijo. “Dimos un paso adelante y ahora tenemos de nuevo cinco pasos hacia atrás”.
Mientras tanto, la decisión inundó las redes sociales en Argentina, donde en enero del 2021 entró en vigor una ley que legalizó el aborto hasta la 14ta semana de gestación luego de años de debates.
Los activistas antiaborto vitorearon el fallo del viernes. La legisladora Amalia Granata tuiteó: “En el mundo hay otra vez justicia. En Argentina lo vamos a lograr también”.
Mientras, en países más conservadores como El Salvador, donde los abortos son ilegales sin importar las circunstancias y donde unas 180 mujeres con emergencias obstétricas han sido enjuiciadas en las últimas dos décadas, Larín advirtió que el fallo pudiera inspirar más esfuerzos para aflojar las restricciones al aborto fuera de Estados Unidos.
“Posiblemente se intensifiquen las campañas promotoras del aborto en nuestros países debido (a) que el financiamiento y las clínicas del aborto en los Estados Unidos van a ir cerrando como lo han estado haciendo los últimos años”, manifestó.
En Puerto Rico, el Senado de la isla aprobó el martes una ley que prohibiría los abortos a partir de la 22da semana de gestación o cuando un médico determine que el feto es viable, con la sola excepción de si la vida de la mujer está en peligro. La propuesta está ahora en manos de la Cámara de Representantes de la isla.
La doctora Migna Rivera Garcia, presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, dijo que el fallo de la Corte Suprema ha hecho que los activistas del derecho al aborto reformulen sus estrategias.
“Causa mucha incertidumbre por el ambiente en Puerto Rico precisamente en estos días”, dijo. “Este proyecto a quien más perjudica son a las mujeres pobres, a las mujeres negras... No tienen el acceso a los servicios como otros grupos sociales".
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Anna reportó desde Nairobi, Kenia. Los periodistas de la Associated Press Almudena Calatrava en Buenos Aires; Marcos Alemán en San Salvador; Edith Lederer en la ONU y periodistas de la AP en todo el mundo contribuyeron a este despacho.