En su primera semana trabajando en una clínica de Filadelfia que ofrecía abortos, Amanda Kifferley aprendió a buscar bombas. Un año después, manifestantes bloquearon las entradas y salidas de The Women’s Clinic y en determinado momento la rodearon y la empujaron de un lado para el otro.
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El último día en que la Corte Suprema analizó un caso que podría poner fin al derecho al aborto, la gente se congregó frente a una clínica de Nueva Jersey, con reclinadoras, una hielera y una antorcha encendida, una escena que recordó a muchos los linchamientos y otros horrores asociados con al racismo del pasado, según Kifferly, quien hoy es vicepresidenta de The Women's Clinic, a cargo de la unidad que vela por el acceso al aborto.
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Estos episodios son comunes en los centros de salud que ofrecen abortos desde que la Corte Suprema legalizó el aborto en el caso Roe v. Wade.
Hubo episodios de violencia graves, incluidos atentados con bombas, incendios y asesinatos, como la muerte del doctor David Gunn frente a una clínica que ofrecía abortos en la Florida en 1993 y una balacera en la que fallecieron tres personas en una clínica de Planned Parenthood de Colorado en el 2015.
Los centros de salud y algunos departamentos de policía se preparan ahora para posibles brotes de violencia cuando la Corte Suprema emita su fallo. Dicen que, históricamente, hay un incremento en los episodios violentos cuando el tema del aborto cobra prominencia, como cuando un estado aprueba nuevas restricciones. Si se anula el fallo de Roe v. Wade --como indica un borrador filtrado-- es previsible que haya protestas, hostigamientos y hechos de violencia en los estados donde el aborto sigue siendo legal.
“Por experiencia sabemos que la gente que protesta frente a las clínicas donde el aborto está prohibido no guarda sus cosas y se va a su casa”, dijo Melissa Fowler, de la Federación Nacional de Abortos (FNA).
Esa organización y cientos de clínicas que ofrecen abortos han declarado un “estado de alta alerta” desde que se filtró la opinión de los jueces de la Corte Suprema, según Fowler. Su organización cuenta con personal preparado para intervenir si hay violencia, disponible las 24 horas del día. También van a las clínicas y realizan ensayos de cómo responder en caso de violencia o amenazas de bombas y asesoran acerca de dónde instalar cámaras de seguridad. Analizan asimismo los riesgos que pueden correr los médicos en sus casas, monitorean las amenazas en las redes y mantienen contactos con la policía, que a veces manda agentes o instala cámaras para proteger las clínicas.
La relación entre las clínicas y la policía, sin embargo, no siempre es buena y las clínicas deben evaluar si la presencia de un agente puede asustar a las pacientes, según Fowler. Kifferly dice que la cooperación entre clínicas y policías varía según la ciudad y el estado. Recuerda que en una ocasión le pidió ayuda a un agente cuando estaba siendo agredida frente a la clínica de Filadelfia y el policía le dijo que llamase al 911.
La FNA, que recaba información de sus más de 500 miembros acerca de los hostigamientos y la violencia en las clínicas, reportó un aumento en los incidentes de ese tipo en el 2020, el último año del que tiene datos. La cantidad de amenazas, incluso de muerte, y de agresiones se más que duplicó y las clínicas denunciaron más de 24.000 amenazas u hostigamientos a través de emails o las redes sociales.
Las denuncias aumentaron después de que Donald Trump asumió la presidencia y “los extremistas sintieron que ya no tenían que esconderse”, indicó Fowler. Kifferly agregó que la pandemia del coronavirus pareció agravar las cosas. En los cuatro estados donde operan los Women Centers (Nueva Jersey, Connecticut, Georgia y Pensilvania) “nos acosaron manifestantes” que se quejaban de que las clínicas permanecían abiertas mientras sus iglesias y negocios estaban cerrados.
Los opositores al aborto también han sido agredidos y aseguran que los incidentes aumentaron tras filtrase el borrador de la Corte Suprema. Un informe del FBI, no obstante, dijo en el 2020 que los hostigamientos a los opositores al aborto son históricamente “infrecuentes”.
Poco después de que se filtrase el borrador del fallo de la Corte Suprema, la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Nacional dijo que ese borrador hacía que aumentasen las probabilidades de episodios de violencia de ambos bandos.
Susan B. Anthony, de Pro-Life America, dijo que hubo más de 40 incidentes de violencia, intimidación y vandalismo en centros para mujeres embarazadas e iglesias en las últimas semanas.
A principios de junio, un individuo con un arma, un puñal, sogas y otros elementos fue detenido cerca de la casa del juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh durante la noche. El hombre declaró que quería matar al juez por el borrador y por una matanza en una escuela primaria de Uvalde, Texas.
Se espera que la Corte Suprema emita su fallo en los próximos días o semanas.