MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
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Los diminutos músculos artificiales que controlan las alas de los robots emiten luces de colores durante el vuelo, al estilo de las luciérnagas.
Esta electroluminiscencia podría permitir que los robots se comuniquen entre sí. Si se envía en una misión de búsqueda y rescate a un edificio derrumbado, por ejemplo, un robot que encuentre sobrevivientes podría usar luces para señalar a otros y pedir ayuda.
La capacidad de emitir luz también lleva a estos robots a microescala, que pesan poco más que un clip, un paso más cerca de volar solos fuera del laboratorio. Estos robots son tan livianos que no pueden llevar sensores, por lo que los investigadores deben rastrearlos usando voluminosas cámaras infrarrojas que no funcionan bien al aire libre. Ahora, han demostrado que pueden rastrear a los robots con precisión usando la luz que emiten y solo tres cámaras de teléfonos inteligentes.
"Si piensas en robots a gran escala, pueden comunicarse usando muchas herramientas diferentes: Bluetooth, inalámbrico, todo ese tipo de cosas. Pero para un robot diminuto y con limitaciones de energía, nos vemos obligados a pensar en nuevos modos de comunicación. Este es un paso importante para hacer volar estos robots en entornos al aire libre donde no tenemos un sistema de seguimiento de movimiento de última generación bien ajustado", dice en un comunicado Kevin Chen, profesor asistente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación (EECS) del MIT (Massachusetts Institute of Technology) y autor principal del artículo.
Él y sus colaboradores lograron esto mediante la incrustación de minúsculas partículas electroluminiscentes en los músculos artificiales. El proceso agrega solo un 2,5 por ciento más de peso sin afectar el rendimiento de vuelo del robot.