BAJMUT, Ucrania (AP) — Atrincherados en una casa bombardeada en el este de Ucrania, algunos soldados ucranianos llevan un escrupuloso conteo de sus municiones, para lo cual utilizan una puerta como una especie de libro de contabilidad.
En la puerta están escritas con tiza las cifras de proyectiles de mortero, proyectiles fumígenos, proyectiles de metralla y bengalas.
Pero a pesar de la gran afluencia de armas procedentes de Occidente, las fuerzas ucranianas se ven superadas por las rusas en la batalla por la región oriental del Donbás, donde los combates se desarrollan en gran medida mediante el intercambio de artillería.
A diferencia de los rusos, que pueden mantener un fuego intenso y continuo durante horas, la defensa ucrania no puede igualarlos ni en armamento ni en munición, y debe ser más selectiva al utilizar su arsenal.
En el puesto de avanzada del este de Ucrania se apilan docenas y docenas de proyectiles de mortero, pero el comandante de las tropas, Mykhailo Strebizh, conocido con el nombre de guerra de Gaiduk, lamentó que si sus combatientes se vieran sometidos a un intenso cañoneo de artillería, su reserva sólo alcanzaría para devolver el fuego por unas cuatro horas, en el mejor de los casos.
Las autoridades ucranianas afirman que la ayuda de Occidente, de la que tanto se habla, no es suficiente y no llega al campo de batalla con la debida celeridad para afrontar esta fase cruenta y letal de la guerra.
Mientras Rusia no habla de sus bajas de guerra, las autoridades ucranianas dicen que hasta 200 de sus soldados están muriendo cada día.
Las fuerzas rusas están ganando terreno lentamente en el este, pero los expertos afirman que están sufriendo grandes pérdidas.
La semana pasada, Estados Unidos prometió 1.000 millones de dólares adicionales en asistencia militar para ayudar a detener o revertir los avances rusos.
Sin embargo, los expertos señalan que estas entregas no mantienen el paso de las necesidades de Ucrania, en parte porque la industria de defensa no está fabricando armamento con la suficiente rapidez.
“Estamos cambiando de los tiempos de paz a los tiempos de guerra”, dijo Francois Heisbourg, asesor sénior del grupo de expertos Fundación para la Investigación Estratégica, con sede en París.
“En tiempo de paz, el ritmo de producción es bajo, y aumentar el ritmo de producción significa que primero hay que construir instalaciones industriales... Se trata sobre todo de un reto industrial de defensa de gran magnitud”, señaló.
El Instituto Kiel para la Economía Mundial, en Alemania, informó la semana pasada que Estados Unidos ha cumplido cerca de la mitad de sus promesas de apoyo militar a Ucrania, y Alemania alrededor de un tercio.
Polonia y Gran Bretaña han cumplido gran parte de sus compromisos.
Un gran número de soldados de infantería dicen que no pueden ni siquiera igualar a los rusos tiro por tiro, o proyectil por proyectil.
Hace unos días este mes, el embajador ucraniano en Madrid, Serhii Phoreltsev, agradeció a España —que anunció con bombo y platillo un envío de 200 toneladas de ayuda militar en abril_, pero dijo que la munición incluida sólo alcanzaba para unas dos horas de combate.