ABUYA, Nigeria (AP) — Hombres armados atacaron dos iglesias el domingo en una zona rural del noroeste de Nigeria, matando a tres personas, dijeron testigos y un funcionario local, semanas después de la masacre de 40 feligreses en un hecho similar en esta nación de África Occidental.
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El ataque afectó a cuatro poblados de la zona de Kajuru en el estado de Kaduna. Un número desconocido de habitantes fueron secuestrados y varias viviendas quedaron destruidas, dijeron lugareños. Los agresores huyeron.
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No está claro de momento quiénes son los responsables del ataque contra las iglesias en Kaduna. Gran parte de Nigeria tiene problemas de seguridad, y Kaduna es uno de los estados más afectados. Al menos 32 personas fueron asesinadas la semana pasada en cuatro aldeas de la zona de Kajaru en un ataque que duró horas.
Los feligreses asistían a servicios religiosos el domingo en la mañana en la iglesia bautista Maranatha y en la iglesia católica San Moisés, en la comunidad de Rubu, en Kaduna, cuando “ellos (los agresores) llegaron y rodearon las iglesias”, ubicadas en la misma zona, dijo Usman Danladi, que vive cerca de allí.
“Antes de que los (fieles) se dieran cuenta, ya los estaban aterrorizando; algunos (agresores) comenzaron a atacar dentro de la iglesia y después otros se dirigieron a otras partes”, dijo Danladi. Señaló que la “mayoría de las víctimas secuestradas son de la (iglesia) bautista y las tres asesinadas eran católicas”.
El gobierno del estado de Kaduna confirmó los tres homicidios perpetrados por bandidos que “irrumpieron en las aldeas en motocicletas; comenzaron en Ungwan Fada, siguieron en Ungwan Turawa, y después en Ungwan Makama y Rubu”.
“Se están llevando a cabo patrullajes de seguridad en la zona en general” conforme proceden las investigaciones, dijo el comisionado de seguridad de Kaduna, Samuel Aruwan.
La Asociación Cristiana de Nigeria condenó los ataques del domingo y denunció que las iglesias del país se han convertido en “blancos” de grupos armados.
“Es muy lamentable que en un momento en que aún no dejamos el luto por las personas asesinadas en Owo hace dos domingos, se nos presenta otro en Kaduna”, dijo el pastor Adebayo Oladeji, portavoz de la asociación, a The Associated Press. “Se ha vuelto un problema recurrente”.
Muchos de los ataques en las zonas rurales de la conflictiva región norte de Nigeria han sido similares. Con frecuencia hombres armados en motocicletas llegan por centenares a zonas donde superan en número y poder de fuego a las fuerzas de seguridad del país.
Por lo general a la policía le lleva meses efectuar arrestos. Las autoridades han identificado que la mayoría de los agresores son pastores jóvenes de la tribu fulani inmersos en el conflicto entre las comunidades y los pastores por el acceso limitado al agua y la tierra.