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Más de 3.500 "viajeros del vino" se citan en La Cata del Barrio de la Estación

La edición 2022 de 'La Cata del Barrio de la Estación' ha vuelto a mostrar las ganas que tienen los amantes del vino y la gastronomía de retomar actividades en torno al vino. Más de 3.500 personas, algunos de ellos procedentes de lugares como Francia, Países Bajos, Reino Unido, Costa Rica, México o Estados Unidos, han acudido a esta nueva entrega, que ha regresado tras el parón de la pandemia con ganas de dar a conocer la calidad de los vinos que se elaboran en este mágico enclave, el lugar del mundo que concentra más bodegas centenarias.

Más de 3.500 "viajeros del vino" se citan en La Cata del Barrio de la Estación CATA DEL BARRIO DE LA ESTACIÓN (CATA DEL BARRIO DE LA ESTACIÓN/Europa Press)

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LOGROÑO, 18 (EUROPA PRESS)

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Un evento que colgó el cartel de "no hay entradas" semanas antes de celebrarse y ha dejado claro que la pasión por el vino es grande cuando la oferta es irresistible, como en este caso.

Una jornada, la de hoy, que ha reunido vino y gastronomía de altura en un entorno único, con distintos estilos de vinos, de clásicos a modernos, que revelan las diferentes formas de entender el territorio y la elaboración de las seis bodegas que forman la Asociación del Barrio de la Estación: Bodegas Bilbaínas-Viña Pomal, CVNE, Gómez Cruzado, Bodegas Muga, La Rioja Alta, S.A. y Bodegas RODA, que han abierto sus puertas de par en par para acoger a miles de aficionados al vino y mostrarles sus rincones, además de poner a su disposición algunas de sus etiquetas más emblemáticas.

En total, los participantes de La Cata del Barrio de la Estación 2022 han podido disfrutar de seis vinos, dos por bodega: de CVNE, Imperial Reserva 2017 y Monopole Clásico 2018; de Bodegas Bilbaínas- Viña Pomal, Viña Pomal Gran Reserva 2014 y Lumen Reserva 2018, el primer espumoso amparado por la DOCa Rioja; de bodegas Muga, Prado Enea Gran Reserva Magnum 2014 y Flor de Muga Rosado 2021; de Gómez Cruzado, Honorable 2017 y Montes Obarenes Blanco 2018; de La Rioja Alta, S.A., Viña Arana Gran Reserva

2015 y Viña Ardanza 2015; y de RODA, RODA 2018 y RODA I 2017. Todos distintas expresiones de variedades locales y territorios diversos, del arte del ensamblaje y de interpretaciones diversas del paisaje de Rioja.

Los vinos se han podido degustar junto a platos firmados por algunos de los grandes nombres de la gastronomía, como los Hermanos Echapresto, al frente de Venta Moncalvillo (una Estrella Michelin); Carolina Sánchez e Iñaki Murua, de Ikaro; la propuesta de Miguel Cobo para Cobo Estratos; Rafael Prieto y El Serbal, desde Cantabria; los flamantes restauradores locales de Nublo, en Haro, también con una luminaria en la Guía Roja: Miguel Caño, Dani Lasa, Llorenç Sagarra y Caio Barcellos; y Delicious Gastronomía, empresa gastronómica riojana. Del postre se ocupó el Premio Nacional de Gastronomía Juan Ángel Rodrigálvarez, reputado investigador y maestro chocolatero.

VIDA Y VINO EN LAS BODEGAS DEL BARRIO DE LA ESTACIÓN

Como ya es tradicional, la Cata del Barrio de la Estación es una propuesta que abarca toda una jornada, para disfrutar, sin prisa, de los vinos, el entorno y la gastronomía. Y también de las actividades que ofrece cada una de las bodegas: la exposición de arte titulada "Ensoñación de la materia", de Pablo Palazuelo y que tuvo lugar en CVNE; "El degüelle", de Bodegas Bilbaínas - Viña Pomal, para profundizar en la elaboración de espumosos; "Flora de Perdigón en el meandro de Tondón" en RODA, la exhibición de "Tonelería: doma y tostado de la barrica" en Muga, o de la tradicional labor de "La trasiega" en La Rioja Alta, S.A., que se completó con las actuaciones musicales que se celebraron en Gómez Cruzado.

CATA MAGISTRAL

Como brillante antesala, el sumiller del triestrellado Celler de Can Roca, Josep Roca, Maquinista del Año de La Cata del Barrio de la Estación, congregó ayer a más de un centenar de personas dispuestas a vivir una experiencia sensorial inédita, con la visión particular y la mirada humanista y personal de Roca, que mostró cómo las bodegas se adaptan cada año a las particularidades de la cosecha con la intención de preservar la calidad de los vinos.

El buen sabor de boca que nuevamente ha dejado este nuevo encuentro consolida aún más La Cata del Barrio de la Estación como emblema de turismo del vino de calidad, y una cita obligada para los aficionados al vino, la gastronomía y la cultura.

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