ROMA, 14 (EUROPA PRESS)
En su mensaje para la VI Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el próximo 13 de noviembre, pero que ha adelantado este martes la oficina de prensa del Vaticano, el Pontífice critica que mientras tanto millones de mujeres, niños y ancianos son obligados a buscar "amparo como refugiados en los países vecinos". "Los que permanecen en las zonas de conflicto, conviven cada día con el miedo y la falta de alimentos, agua, atención médica y sobre todo de cariño", lamenta.
A su juicio, en estas situaciones, "la razón se oscurece y quienes sufren las consecuencias son muchas personas comunes, que se suman al ya gran número de indigentes".
Por otro lado, el Papa lamenta que existen algunos cristianos "apegados al dinero" que acaban "empantanándose" en una mala gestión del patrimonio y los bienes y "encadenados a una visión de la vida efímera y fracasada".
"Algunos cristianos, por un excesivo apego al dinero, se empantanan en el mal uso de los bienes y del patrimonio. Son situaciones que manifiestan una fe débil y una esperanza endeble y miope", denuncia Francisco.
El Pontífice deja claro que "el problema no es el dinero en sí", que forma parte de la "vida cotidiana", por lo que ha instado a reflexionar sobre el valor que se le da. "No puede convertirse en un absoluto", zanja el Papa, al tiempo que subraya que no hay nada "más dañino" en una comunidad cristiana que "ser deslumbrados por el ídolo de la riqueza".
Francisco avisa de que cuando "la única ley es la del cálculo de las ganancias" al final del día, entonces ya "no hay freno" para pasar a la "lógica de la explotación" de las personas.
"No existen más salarios justos, horas de trabajo justas, y se crean nuevas formas de esclavitud, sufridas por personas que no tienen otra alternativa y deben aceptar esta venenosa injusticia con tal de obtener lo mínimo para su sustento", denuncia.
NO SALVA EL ACTIVISMO
Del mismo modo, pide que los cristianos no tengan "como suele suceder" un comportamiento "asistencialista" hacia los pobres y, en cambio, reclama hacer un "esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario". "No es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído", asegura.
También llama a no hacer "retórica" con los pobres sino a ponerse manos a la obra "involucrándose directamente, sin delegar en nadie". El Pontífice alerta también frente a "una forma de relajación", lo que puede conducir a "comportamientos incoherentes, como la indiferencia hacia los pobres".
Por otro lado, reflexiona sobre la "pobreza que libera", que ha definido como una "opción responsable" para aligerar el lastre y centrarse en lo esencial. Para el Papa, esa "sensación de insatisfacción que muchos experimentan" es porque van en su búsqueda "como errantes sin una meta".