CARLISLE, Pensilvania, EE.UU. (AP) — Por más de un siglo, estuvieron enterrados lejos de su hogar, en un pequeño cementerio ubicado en los terrenos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos. Ahora, regresarán a casa.
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El ejército comenzó a exhumar los restos de ocho niños indígenas estadounidenses que murieron en un internado gestionado por el gobierno en Carlisle Barracks, y sus parientes con vida más cercanos se disponen a recibir la custodia.
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El proceso de exhumación, que comenzó el fin de semana, es el quinto que se realiza en Carlisle desde 2017. En rondas previas se transfirieron más de 20 conjuntos de restos de indígenas a sus familiares.
Los niños habían vivido en la Carlisle Indian Industrial School, donde miles de niños indígenas fueron apartados de sus familias y forzados a asimilarse a la sociedad blanca como parte de la política estadounidense: se les cortó el pelo y se les despojó de su ropa, su lengua y su cultura.
Más de 10.000 niños pertenecientes a más de 140 tribus pasaron por la escuela entre 1879 y 1918, incluido el famoso deportista olímpico Jim Thorpe.
“Si sobrevivías a esta experiencia y podías volver a casa, eras un forastero. Ni siquiera podías hablar el idioma que hablaban tus padres”, dijo Rae Skenandore, de la tribu Nación Oneida de Wisconsin. Ella es pariente de Paul Wheelock, uno de los niños cuyos restos serán desenterrados.
Los internados gubernamentales ubicados fuera de las reservas —Carlisle fue el primero, seguido de otros 24— “destrozaron tribus, comunidades y familias”, dijo Skenandore, y añadió que perdió parte de su propia cultura y lengua como resultado. “No sé si alguna vez podremos perdonar”.
Ella y su madre, Loretta Webster, de 83 años, planean viajar a Carlisle a finales de este mes. Webster contó que su propio padre se escapó de un internado similar en Wisconsin cuando tenía 12 años.
“Era como un campo de prisioneros, en el que metían a estos niños”, dijo Webster. “Es una parte de nuestra historia que es realmente traumática y que hoy en día sigue afectando a la comunidad”.
Los niños que serán exhumados proceden de las tribus Washoe, Catawba, Umpqua, Ute, Oneida y Aleut. Se verificará el género y la edad aproximada de cada niño, según Renea Yates, directora de la Oficina de Cementerios del Ejército, con el apoyo arqueológico y antropológico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.
“Llevamos a cabo un desenterramiento muy digno de cada niño... y luego hacemos una ceremonia de traslado muy digna, enviando a los niños de regreso con sus familias”, dijo Yates.
El pequeño cementerio ha sido rodeado con vallas de privacidad durante el proceso de exhumación, que se espera concluya en julio.