MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
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El jefe de la localidad de Kulbus, Abdelrasul al Nur, ha indicado en declaraciones concedidas al portal de noticias Sudan Tribune que "111 personas de la tribu gimir han muerto, mientras que hay decenas de desaparecidos que aún no han sido localizados".
Al Nur ha indicado que por el momento no hay informaciones sobre víctimas entre las filas de la tribu rizeigat y ha recalcado que hay esfuerzos en marcha para intentar reducir las tensiones entre ambos grupos tras los últimos incidentes, que han desatado la preocupación de Naciones Unidas.
En este contexto, la Comisión de Ayuda Humanitaria en la localidad de Saraf Omra, en Darfur Norte, ha indicado que cerca de 15.600 desplazados han llegado a la zona desde cerca de 30 localidades afectadas por los combates, tal y como ha recogido la emisora Radio Dabanga.
El coordinador de situación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Darfur, Tobu Harward, ha hablado a través de su cuenta oficial en la red social Twitter de "horribles cifras de víctimas" en Kulbus por los enfrentamientos a causa de una disputa en torno a terrenos agrícolas que derivaron en "un ataque por parte de milicias contra múltiples aldeas".
"Cerca de cien muertos y miles de desplazados en las localidades cercanas. Hay una necesidad urgente de que fuerzas conjuntas neutrales pongan fin a la violencia, protejan a los civiles y restauren el orden, de que las autoridades judiciales investiguen y juzguen a las milicias criminales y de que los líderes comunitarios responsables inicien un diálogo y esfuerzos de cohesión social", ha explicado.
"Si no hay intervención o mediación y se permite que la violencia continúe, los agricultores no podrán cultivar y la temporada agrícola será un fracaso. Esto sería un desastre para todas las comunidades. Los líderes responsables tienen que poner fin al conflicto", ha remachado Harward.
Por su parte, el enviado especial de Naciones Unidas para Sudán, Volker Perthes, se ha mostrado "consternado, de nuevo" por la violencia en Darfur Occidental. "El ciclo de violencia en Darfur es inaceptable y demuestra que deben abordarse las causas subyacentes. Pido a líderes comunitarios, autoridades y grupos armados que reduzcan las tensiones y garanticen la protección de los civiles", ha manifestado.
La región de Darfur ha sido escenario de un repunte de las tensiones intercomunitarias a pesar del histórico acuerdo de paz de octubre de 2020 con varios grupos rebeldes, que intenta poner fin a los combates que estallaron en 2003, que han dejado al menos 300.000 muertos y más de 2,5 millones de desplazados.
El expresidente Omar Hasán al Bashir --derrocado en un golpe de Estado en abril de 2019--, así como otros altos cargos durante su mandato, son buscados por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por supuestos crímenes de guerra y contra la Humanidad en el marco de este conflicto.
Las autoridades militares de Sudán indicaron en mayo que los últimos enfrentamientos intercomunitarios en la zona, que dejaron más de 200 muertos, estuvieron "planificados" por parte de personas que "llevan a cabo complots" contra el país africano. Así, el vicepresidente del Consejo Soberano de Transición, Mohamed Hamdan Dagalo, dijo que los sucesos serán investigados "con transparencia".
El propio Dagalo, conocido popularmente como 'Hemedti', reconoció en mayo fallos por parte de las autoridades ante la oleada de violencia, que tuvo su epicentro en Kereinik pero afectó también a la capital de Darfur Occidental, El Geneina. Además, surgieron denuncias sobre el papel de las RSF en el marco de los combates, algo rechazado por las autoridades sudanesas.