LIMA (AP) — El presidente peruano Pedro Castillo dijo el domingo que no terminará preso por corrupción y que su gestión acabará con la racha de exmandatarios sentenciados, investigados o procesados por ese delito en la nación sudamericana.
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En una entrevista con la televisora estatal y ante la pregunta de si tiene miedo de ir a prisión luego que la fiscalía le inició una investigación por presunta corrupción en la modalidad de organización criminal, Castillo respondió que será “la excepción”.
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“Será distinto con nosotros”, afirmó el mandatario que rompió su silencio con la prensa tras más de 100 días, sin realizar autocríticas a su gestión, ni responder a las acusaciones de su entorno cercano investigado por corrupción.
“He venido acá para darle otro viraje a este país y estoy seguro que más allá de que a mí no me van a ver involucrado en actos de corrupción, estoy dispuesto a dar todo mi esfuerzo... estoy seguro que a partir de este gobierno, ya no van a haber gobiernos que terminen detrás de las rejas y estoy seguro que lo vamos hacer porque estamos dispuestos a trabajar”, señaló Castillo.
Añadió que no le hallarán “datos concretos como se viene haciendo creer al país” en la investigación preliminar en su contra iniciada por el fiscal general Pablo Sánchez. Es la primera vez en la historia reciente peruana que un mandatario es investigado durante su gobierno. Seis expresidentes que han gobernado entre 1985-2020 están condenados, investigados o procesados por corrupción o lavado de activos. Uno de ellos, Alan García (1985-1990 y 2006-2011), se suicidó poco antes que la policía lo detuviera en una investigación por presuntos sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
La hipótesis fiscal afirma que un grupo criminal liderado por Castillo recibía beneficios de obras públicas adjudicadas en el ministerio de Transportes y Comunicaciones, que es la secretaría nacional con mayor presupuesto, unos 3.344 millones de dólares anuales en 2022, según datos oficiales.
Su exministro de Transportes Juan Silva; su exsecretario, Bruno Pacheco, y sus dos sobrinos —Fray Vásquez y Gian Castillo— están prófugos. Castillo casi no se refirió a estos implicados durante la extensa entrevista. Dijo estar“indignado” y que “no ha vuelto a conversar” con sus sobrinos.
También afirmó que no le consta que su exsecretario Pacheco haya tenido 20.000 dólares en una oficina dentro del palacio presidencial los cuales fueron descubiertos por la fiscalía sin que el exscretario explicase el origen.
“Muchas veces se quiere salpicar al presidente y estoy seguro que voy a corresponder a la crianza que me dieron mis padres, a la formación que me hicieron con valores y jamás estaría metido en actitudes de este tipo”, indicó. Recordó que cada vez que habla con su padre por teléfono éste le advierte que lo desheredará si llega a enterarse que ha cometido algún acto de corrupción.
No obstante, Castillo no hizo autocríticas sobre su escaso cuidado al contratar funcionarios de su entorno. “Cuando llamamos a una persona para darle la confianza, ya depende no del que la da, sino del que lo recibe”, dijo. Pero añadió que ahora tiene “reparos de las personas que tengo al frente”.
Desde el inicio de su gestión a mediados de 2021, Castillo ha juramentado cuatro primeros ministros y más de medio centenar de secretarios en los 19 ministerios del gabinete. Varios ministros accedieron al cargo sin experiencia como un ministro de Salud, llamado Hernán Condori, que duró menos de dos meses a inicios de 2022, y en medio de la tercera ola del nuevo coronavirus.
Castillo también dijo que en febrero dejó de usar un sombrero que llevaba desde inicios de su campaña presidencial de 2020 por un pedido de su hijo y también como un gesto para lograr “un llamado a la unidad” política, que quedó resquebrajada luego de su triunfo ante la entonces candidata derechista Keiko Fujimori.
En diez meses de gestión el gobierno de Castillo ha superado dos intentos de destitución presidencial iniciados en el Congreso. Es la continuación de una crisis política iniciada en Perú en 2016 que ha provocado inestabilidad así como cinco presidentes y tres parlamentos al momento.
Tanto Castillo como el Congreso poseen alta desaprobación de los peruanos en todas las encuestas. Según el sondeo de mayo del Instituto de Estudios Peruanos, Castillo tiene 70% de impopularidad y el Parlamento 87% de desaprobación. El 67% de la población considera que lo más conveniente es que tanto el presidente como el Parlamento renuncien y se convoquen a nuevas elecciones.
Al culminar su entrevista con la televisora estatal, Castillo no respondió a los medios locales que buscaban realizarle preguntas en los exteriores del estudio televisivo.
Castillo inició su gestión el 28 de julio de 2021 y su gobierno está programado para finalizar cinco años después, el 28 de julio de 2026.