MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
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El Departamento de Inspección Financiera y Tributaria de Hacienda reclamó al Rey emérito, durante el último año, solicitudes de información para averiguar el origen de los fondos que sufragaron el viaje y demás gastos de las jornadas cinegéticas a las que asistió entre 2014 y 2018, cuando dejó la Jefatura del Estado y, por tanto, ya no contaba con la inviolabilidad del cargo.
El periódico señala que la Agencia Tributaria persigue ahora conocer si Don Juan Carlos "tuvo un incremento de patrimonio no justificado ante el Fisco desde que abdicó como Rey". Hacienda también le exigiría la justificación en gastos de "menor importe que recibió a título particular", tales como "obsequios simbólicos realizados por empresarios" cercanos a quien fuera jefe del Estado. Los asesores jurídicos del exmonarca han ido justificando las operaciones y contestando a los requerimientos, cuyos importes no superan el umbral de 120.000 euros anuales.
La Fiscalía del Tribunal Supremo decretó el archivo de las diligencias de investigación que mantenía abiertas sobre la fortuna del rey emérito Juan Carlos I. Son las referidas a las presuntas comisiones ilegales por la adjudicación del AVE a La Meca, las del supuesto uso de tarjetas 'black' sufragadas por un empresario mexicano, y la relativa a la fortuna que habría ocultado en la isla de Jersey.
Don Juan Carlos confirmó este martes que no volverá esta semana a Sanxenxo (Pontevedra) para asistir a las regatas de vela que se disputarán en los próximos días alegando "razones estrictamente privadas", según ha comunicado su entorno a sus amigos del club náutico del municipio. Esta hubiera sido su segunda visita en menos de un mes a España desde que en agosto de 2020 trasladó su residencia a Abu Dabi.
El emérito permaneció en casa del presidente del Club Náutico de Sanxenxo, su amigo Pedro Campos, entre los pasados días 19 y 23 de mayo, fecha en la que --antes de su vuelta a Abu Dabi-- realizó una parada en Madrid para ver a su familia en el Palacio de la Zarzuela.
Allí estuvo once horas y pudo mantener con su hijo, Felipe VI, "un amplio tiempo de conversación" en el que abordó "cuestiones familiares" así como tratar "distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española" desde que el emérito se trasladó al país del Golfo.