MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
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Así se desprende del informe de perspectivas macroeconómicas globales publicado por el organismo. En el documento, la institución proyecta que el crecimiento de la región se desacelere aún más en 2023, hasta un 1,9%, lo que supone un descenso de 8 décimas con respecto a la última previsión. En 2024, se prevé un crecimiento del 2,4%.
La rebaja sobre las proyecciones de 2023 se debe a los efectos que supondría para la inversión las recientes subidas de tipos emprendidas por muchos bancos centrales alrededor del globo, especialmente en Latinoamérica y el Caribe.
Las mayores economías en Latinoamérica serán algunas de las que observen un menor crecimiento este año, lo que hará que las previsiones macroeconómicas del continente empeoren. De este modo, Brasil y México experimentarían un crecimiento del 1,5% y del 1,7%, respectivamente, en 2022. Por regiones, el área del Caribe sería la que más impulsaría su crecimiento con un 6,9%, después de haber sido afectada severamente por la pandemia por su dependencia del turismo. De su lado, Centroamérica crecería un 3,9% y Suramérica lo haría en un 2,5%.
Los riesgos futuros para América Latina y el Caribe incluyen, en opinión del Banco Mundial, un escenario de estanflanción, una mayor extensión de los ciclos de endurecimiento en la política monetaria, un mayor estrés financiero y, finalmente, algunas protestas sociales por los mayores precios de los alimentos y los insumos energéticos.
Otro dato que pone de manifiesto el complejo contexto de la región es del PIB per cápita. Se prevé que este indicador aumente apenas un 0,6% anual promedio entre 2019 y 2023, frente al 1,3% anual observado durante los 20 años precedentes.
EFECTOS DE LA GUERRA EN UCRANIA
El informe también repasa los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania sobre la economía latinoamericana. Si bien afecta poco en términos de comercio, la invasión rusa sí ha provocado un incremento en los precios de alimentos y productos energéticos que ha conllevado a unas mayores presiones inflacionistas en la región.
Asimismo, el conflicto bélico ha incrementado los precios de muchas exportaciones regionales, por lo que es probable que se observe un efecto negativo neto en el crecimiento de Latinoamérica en un contexto de un comercio global más débil y con incrementos en los precios de consumo.