Roman Abramovich, dueño del Chelsea F.C., ha estado bajo el foco mediático desde que comenzó la invasión por parte de Rusia al territorio ucraniano, ocupando un peculiar rol en las negociaciones.
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Esto, a pesar de que el oligarca ruso ha sido apuntado como uno de los miembros del grupo cercano a Vladimir Putin -cosa que niega- y los castigos de la liga inglesa a su equipo lo han obligado a poner en venta el conjunto “Blue”.
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Sin embargo, en una última jornada de conversaciones para el cese al fuego con los delegados del Kremlin, el empresario y los altos funcionarios de Ucrania sufrieron síntomas de envenenamiento tras una reunión en Kiev a principios de mes.
Según informó el Wall Street Journal, los miembros de la delegación del país invadido y el magnate tuvieron, entre otros problemas de salud, ojos rojos, lagrimeos constantes y descamación de la piel en la cara y las manos.
El medio asegura que tanto Abramovicho como los funcionarios ucranianos culpan a “los intransigentes” del gobierno ruso por intentar sabotear las negociaciones. Sin embargo, no existen las pruebas suficientes para acusar a la delegación de Putin.
El hecho estuvo bajo la investigación de expertos toxicológicos occidentales, quienes plantearon que no se puede establecer con claridad el origen del problema, ya que podría haber sido causado por un agente químico o biológico en Kiev, como también pudo ser algún ataque de radiación electromagnética.
Sin embargo, los diversos reportes aseguran que las vidas de Abramovich y los dos negociadores no corren peligro y su condición ha mejorado en los últimos días.