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Rusia anuncia maniobras nucleares tras tenso cruce de declaraciones con Occidente

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Rusia amenazó el lunes con atacar instalaciones militares británicas y anunció ejercicios que simulan el uso de armas nucleares en el campo de batalla, en medio de tensiones cada vez altas a raíz de los comentarios de funcionarios occidentales sobre una posible participación más profunda en la guerra en Ucrania.

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Después de convocar al embajador británico ante el Ministerio de Relaciones Exteriores, Moscú advirtió que los ataques ucranianos en territorio ruso con armas suministradas por el Reino Unido podrían provocar ataques de represalia contra instalaciones y equipos militares británicos en suelo ucraniano o en otros lugares.

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Las declaraciones se produjeron en vísperas de la toma de posesión del presidente ruso Vladímir Putin para un quinto mandato y en la semana en que Moscú celebrará —el jueves— el Día de la Victoria, su festividad secular más importante, que marca la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Los ejercicios son una respuesta a “declaraciones provocativas y amenazas de ciertos funcionarios occidentales con respecto a la Federación Rusa”, detalló el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Es la primera vez que Rusia anuncia públicamente simulacros de armas nucleares tácticas, aunque sus fuerzas estratégicas nucleares hacen maniobras de forma regular. Las armas atómicas tácticas incluyen bombas aéreas, ojivas para misiles de corto alcance y municiones de artillería y están destinadas a ser utilizadas en el campo de batalla. Son menos poderosas que las armas estratégicas: Ojivas masivas que arman misiles balísticos intercontinentales y están destinadas a destruir ciudades enteras.

El anuncio parecía ser una advertencia a los aliados occidentales de Ucrania para que no se impliquen más en la guerra iniciada hace más de dos años, donde las fuerzas del Kremlin llevan ventaja debido a la escasez de armas y personal de Ucrania. Algunos de los aliados occidentales de Ucrania han expresado sus reparos sobre avivar la guerra, entre preocupaciones a que la violencia pueda expandirse más allá de Ucrania y convertirse entre la OTAN y Rusia.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reiteró la semana pasada que no descarta enviar tropas a Ucrania, y el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Cameron, dijo que las fuerzas de Kiev podrán utilizar armas británicas de largo alcance para impactar objetivos dentro de Rusia. Otros países de la OTAN que proporcionan armas a Kiev se han opuesto.

El Kremlin tachó esas declaraciones de peligrosas y dijo que incrementaban las tensiones entre Rusia y la OTAN. La guerra ya ha puesto una presión considerable sobre los lazos entre Moscú y Occidente.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el lunes que los recientes comentarios de Macron y otras declaraciones de autoridades británicas y estadounidenses habían llevado a las maniobras militares.

“Es una nueva ronda de escalada”, dijo Peskov en referencia a lo que el Kremlin consideraba como declaraciones provocadoras. “No tiene precedentes y requiere atención y medidas especiales”, dijo a periodistas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia convocó a los embajadores francés y británico. Instó al embajador británico a “pensar en las inevitables consecuencias catastróficas de medidas tan hostiles por parte de Londres”.

El canciller de Suecia, Tobias Billström, dijo que los ejercicios nucleares “contribuyen a aumentar la inestabilidad”.

“En la actual situación de seguridad, las acciones de Rusia pueden considerarse particularmente irresponsables e imprudentes”, declaró Billström a la agencia de noticias sueca TT.

Dmitry Medvedev, número dos del Consejo de Seguridad ruso que preside Putin, dijo con su habitual tono belicista que los comentarios de Macron y Cameron suponían un riesgo de empujar a un mundo con armas nucleares hacia una “catástrofe global”.

No es la primera ocasión en que el apoyo militar europeo a Ucrania enojaba a las autoridades rusas y provocaba menciones a las armas nucleares. En marzo del año pasado, tras la decisión del gobierno del Reino Unido de proporcionar a Ucrania proyectiles que perforan blindaje y contienen uranio empobrecido, Putin anunció sus planes de desplegar armas nucleares tácticas en territorio bielorruso.

El Ministerio señaló que el ejercicio pretendía “incrementar la preparación de las fuerzas nucleares no estratégicas para ejecutar tareas de combate”, y se celebrará por orden de Putin. En las maniobras participarán unidades de misiles del Distrito Militar Sur junto con la fuerza aérea y la armada, agregó.

El anuncio ruso provocó poca reacción en Ucrania, donde el portavoz de la agencia de Inteligencia Militar, Andrii Yusov, dijo en la televisión nacional: “El chantaje nuclear es una práctica habitual del régimen de Putin; no constituye una gran noticia”.

Funcionarios occidentales han reprochado a Rusia sus amenazas de una guerra más amplia en forma de acciones provocadoras. Los países de la OTAN dijeron la semana pasada que estaban muy preocupados por una campaña de actividades híbridas en territorio de la alianza, que atribuyeron a Rusia y calificaron como una amenaza para su seguridad.

Peskov rechazó esas afirmaciones como “nuevas acusaciones infundadas dirigidas contra nuestro país”.

Mientras tanto, drones ucranianos golpearon el lunes dos vehículos en la región rusa de Belgorod y mataron a seis personas e hirieron a 35, incluidos dos niños, según las autoridades locales, en una zona que ha sido un blanco habitual de las fuerzas de Kiev en los últimos meses.

Uno de los vehículos era un minibús que llevaba a trabajadores agrícolas, indicó el gobernador de Belgorod, Vyacheslav Gladkov.

En un primer momento no había otros detalles disponibles y no era posible confirmar de forma independiente el reporte de la región fronteriza.

Aunque el ejército ucraniano está en su mayor parte paralizado a lo largo de los 1.000 kilómetros (600 millas) del frente debido a la falta de tropas y munición tras más de dos años de combates, ha recurrido a su potencia de fuego de largo alcance para atacar objetivos dentro de Rusia.

En lo que se ha convertido en gran parte en una guerra de desgaste, Rusia también ha dependido mucho de los misiles de largo alcance, la artillería y los drones para causar daños a Ucrania.

Las fuerzas del Kremlin mantuvieron su bombardeo sobre la red eléctrica ucraniana con un ataque de dron durante la noche contra infraestructura energética en la región norteña ucraniana de Sumy. Varias ciudades y pueblos de la zona, incluido Sumy, se quedaron sin electricidad, según las autoridades regionales.

Rusia atacó objetivos ucranianos con 13 drones Shahed durante la noche, de los que 12 fueron interceptados en la región de Sumy, según la fuerza aérea ucraniana.

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